domingo, 14 de febrero de 2010

Que hay en tu cabeza, en tu cabeza, zombie, zombie, zombie...

Lunes 8 de Febrero del 2010, el día esperado por una persona que sigue atrapada en los noventas. Ese día se llevaría a cabo el concierto de The Cranberries en Lima - Perú. Desde fin de año ya tenía mi entrada para estar en primera fila, así como en el concierto de Oasis. El sueño de poder ver en vivo a una banda que sonó bastante durante mi adolescencia (además que Dolores O'Riordan fue uno de mis amores platónicos en los noventas) estaba a horas de poder cumplirse.

Llegué a la explanada sur a eso de las 10 am, el clima se veía bien sin mucho sol. Vi un pequeño grupo de gente que se agrupaba cerca a una reja, pensé que esa era la cola para el concierto. Pero no era la cola, sólo eran unos mirones que miraban los entrenamientos del equipo titular de la 'U' (se veía a varios futbolistas y al cabezón Reynoso). Luego de eso me dirigí a otro lado y ví una pequeña cola de 5 gatos, la cual si era la cola del concierto. Me junté con ellos a esperar. Una hora después nos separaron por las zonas que nos correspondían.

Mientras esperaba veía como iba llegando más gente, como el sol comenzaba a salir con más fuerza, como las pelotas que usaban los de la 'U' para entrenar llegaban hasta la zona donde estabamos haciendo cola, etc. Agarré un periódico y lo usé para sentarme. Me quedaba dormido por ratos y me despertaba porque los brazos me ardían por culpa del jodido sol. Para combatir el calor compré un helado de limón y una botella de agua mineral tan helada que por dentro era hielo. Eso al menos me ayudó a refrescar mis brazos quemados.

Casi a las 6 pm por fin nos dejaron pasar, encontré un buen lugar casi cerca a la baranda que separaba mi zona con el escenario (se podría decir que estaba en segunda fila) y de nuevo a esperar hasta que el concierto comience. Tenía ganas de comprarme una cerveza, pero ir a comprarla equivalía a perder mi sitio. Caballero nomás, a aguantarme hasta el final del concierto.


Y así, soportando griteríos, ligeras lloviznas y punteos caletas... llegó el momento esperado. Ya eran las 9:25 pm, todo se oscureció y la gente comenzaba a emocionarse. El climax se dió cuando salió la banda al escenario y al final entró Dolores O'Riordan. Una gran ovación acompaño su ingreso (sentía como si estuviese en los noventas). Así comenzó uno de los conciertos que más he esperado en toda mi vida.

How fue la canción con que comenzó la fiesta. El poder escuchar en vivo la gran voz de esta mujer fue una grandiosa experiencia, el cansancio por las horas de espera se desvanecio por completo y dio lugar a la euforia y la emoción. De inmediato tocaron Animal Instinct, canción recordada del año 1999, el público se entregaba a Dolores.


Linger siguió a continuación, la sensación de escuchar uno de los temas símbolo de esta banda me hizo derramar algunas lágrimas de emoción, y eso que esto recién comenzaba.



Luego tocaron Ordinary Day y Wanted, temas que mantuvieron encendido al público (la gente coreaba constantemente). You and Me siguió a continuación, aunque muchos esperaban que tocaran Just My Imagination.


Dreaming my Dreams fue la siguiente, todos seguiamos atentos los constantes pasos de Dolores que hacía en todo el escenario. A continuación tocaron la recordada When You´re Gone, la clásica balada de los noventas que mantuvo expectantes a muchos de los presentes. Daffodil Lament y I Can´t Be With You siguieron para así complementarse con la velada.


Ode to My Family fue especial, no sólo porque es una de las más clásicas de la banda, sino porque Dolores se acercó al borde del escenario y se sentó, bastante cerca los que estábamos en las primeras filas.



Free to Decide siguió para alegrar aún más la noche. Con Waltzing Back la gente se movió mucho y con Switch Off the Moment la noche siguió su curso.


Pero la cosa se puso mucho más movida cuando tocaron Salvation, de ahí vino la calma con Ridiculous Thoughts, para que luego llegara uno de los momentos cumbre de la noche. Era la hora de Zombie, el himno de The Cranberries, aquella representativa canción de los noventas cuyas letras iban contra la guerra. Era imposible el evitar soltar más lágrimas de emoción ante tremendo momento. Luego de eso la banda se retiró del escenario.



Luego de un breve descanso vuelve a salir la banda y comienza con Empty, a continuación sigue The Journey, para luego continuar con Promises, la canción que más quería escuchar ese día. Más lágrimas de emoción salían mientras coreaba cada palabra de esa canción.


Y para cerrar con broche de oro (con un anuncio de que volverá el próximo año para visitar Machu Picchu, y ojalá también Lima para otro concierto) tocaron Dreams. fue el final perfecto para una noche inolvidable, además que el coro final fue lo máximo, con todo el público gritando "ahhh ahhh ahhh ahhh ahhh".



Y así se terminó uno de los mejores conciertos a los que he podido asistir. De principio a fin lo disfruté y fue toda una experiencia inolvidable. Y antes de irme, me compré mi vaso de cerveza.

De aquí será hasta otra oportunidad.

Saludos,
Eduardo

P.S.: Créditos a LARR80 por los videos de Linger, Zombie y Dreams.

lunes, 1 de febrero de 2010

Febrero de cambios

La primera actualización del año. Sólo para comentar que le estoy poniendo un nuevo diseño de plantilla al blog, por lo cual dejaré de lado el color azul de mis letras. Ah, también debo cambiar el banner, o por lo menos completarle el color por los costados. Pero claro, primero necesito instalarle el Photoshop a mi computadora.

¿Algo que contar antes de terminar con esta entrada? Bueno pues, me robaron mi celular Nokia N82 y ahora para mantenerme comunicado uso un Nokia 5200, lo suficiente para joder mensajeando y para hacer una que otra llamada necesaria. Lo que más extraño de ese celular es su cámara, pero bueno... a ahorrar para poder tener uno igual o mejor.

¿Algo más? La próxima semana es el concierto de The Cranberries. Fácil me animo a hacer una crónica en el blog. Aunque estará difícil que tome fotos sin mi Nokia N82.
Ahora sí nada más que comentar. Mejor desaparezco. Saludos a los curiosos que pasen por aquí.

Saludos,

Eduardo